Un tio entra un bar y le dice al camarero:
– Buenas, por favor me pone un dnwadnncoioibhlnjbve de Cola.
– Que quiere un refresco ¿de qué?
bar
Chiste de rubias
Un hombre ciego entra en un «bar de chicas» por equivocación. Se las apaña para llegar hasta la barra y pide una copa, y tras estar un rato sentado en el taburete le grita al camarero:
– Eh, tú, te gustaría oír un buen chiste de rubias?
Inmediatamente se hace un silencio total en el bar y con una grave, profunda y áspera voz, la mujer que esta sentada junto a el le dice:
– Antes de que cuente ese chiste, señor, y en atención a su minusvalía física que le impide ver, creo que lo justo es que le advierta de cinco cosillas: – Que la camarera es rubia. Que el portero del bar es una mujer rubia. Que yo mido un metro ochenta, peso 80 kilos, soy cinturón negro de kárate y tengo el pelo rubio. Que la mujer que esta conmigo es levantadora de pesas y es rubia; y que la dama que esta sentada al otro lado de usted es una luchadora profesional y también es rubia. Y ahora que sabe eso, piénselo cuidadosamente. ¿De verdad todavía quiere contar ese chiste?
El ciego piensa durante un par de segundos, menea la cabeza y contesta:
– Naaa… Pues no lo cuento….Paso de tener que explicarlo cinco veces!
seducir a una mujer
Una pareja se conoce en un bar después de dos copas, ella, muy loba y vanidosa, pregunta:
– ¿!ué edad crees que tengo?
– Por la mirada, 25 años, por tu piel, unos 20. por ese cuerpo, 18
– ¡Madre mía! tú sí que sabes seducir a una mujer. y ahora¿qué vas a hacer?
– La suma !!
Superman en el bar
Estaba un señor en un bar muy feliz cuando en eso se le acerca un ebrio y le dice balbuceando:
Le apuesto 100 euros a que puedo golpearme la cabeza con una cerveza de vidrio sin que me pase nada.
El hombre intrigado aceptó la apuesta y se sorprendió al ver al ebrio cumplir la apuesta sin siquiera hacer algún gesto de dolor. Luego le dijo el ebrio otra vez:
Le apuesto 200 euros a que puedo saltar por la ventana sin que me pase nada.
El señor aceptó y vio al hombre saltar por la ventana y regresar intacto a la barra de la cantina. El hombre pagó las apuestas y se disponía a seguir apostando con el ebrio cuando el del bar los interrumpió y le dijo al señor:
Ya no le hagas caso a superman, ¡Siempre que se pone borracho y se le acaba el dinero le da por apostar!
Me caí de la cama
Un par de amigos están tomando algo en un bar y charlando. En esto, que uno le dice al otro:
– Oye, el otro día me contó tu mujer un chiste tan bueno, pero tan bueno que me caí de la cama.